jueves, 24 de marzo de 2011

Sorpresas cotidianas

El amanecer lucía con todo su esplendor !
En las hojas de los robles brillaban ténues gotitas de agua con los primeros rayos del sol y el soplo de una suave brisa, las hacía temblar levemente
Era un espectáculo digno de ser observado detenidamente ya que brindaba una paz indescriptible
La anciana lo contemplaba de pie  frente a un gran ventanal, bebiendo una taza de te
El primer impulso fue abrir totalmente el vidrio para dejarse invadir por ese desborde de naturaleza perfecta Al sentir la brisa en el rostro, respiró hondo, cerró los ojos y, al instante, se dirigió a la puerta. Abrió los brazos queriendo capturar todo, todo lo que se presentaba ante sus ojos y tocaba su piel Se sintió mas plena
Pero no se detuvo ahí. Se sacó el calzado y con paso seguro y pausado caminó por el pasto húmedo, con los suaves rayos del sol acariciando todo su ser, con los brazos aún más abiertos y se sintió parte del paisaje Ya no sólo lo veía, estaba incorporada a él
Ya no era la anciana que esa mañana había preparado un te y se había parado a mirar el parque
Se había reencontrado a si misma Los pies descalzos que gozaban esa sensación de húmeda y mullida frescura del pasto, la habían retrotraido a su infancia y juventud
Una vez más , su vida había dado un vuelco. Había vuelto a salir a flote y tenía fuerzas para continuar

1 comentario:

  1. Hola Guada, es muy lindo lo que escribes. Te voy a contar dos cosas. Una, es que recuerdo desde hace tiempo un blog de una Sra, que se llama Guada y que dejó de escribir, seguramente está registrada en alguna de mis entradas antigüas, se podría buscar por curiosidad. Pero si no fueras la misma, eso no sería tan importante. La segunda cosa que te quiero decir, es que hace poco tiempo estuvimos con mi esposa pasando unos días en Sierra de La Ventana; no tengo palabras para explicar lo maravilloso que fue para nosotros. Muchos saludos y gracias por leerme.

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