martes, 27 de marzo de 2012

EL TIEMPO PASA

Hace tiempo que estoy por pasar por éste espacio, pero los días van pasando y no lo he hecho.
Ahora  entro y veo  que  he escrito  el  otoño  pasado
El  año  que transcurrió  entre aquella  y  ésta  entrada,  fue intenso, largo en algunos aspectos y demasiado breve en otros.
Pero  siempre el tiempo deja su rastro, su enseñanza, su saldo. De pronto deja una herida, de pronto una sonrisa. 
Haciendo un balance  de éste espacio de vida vivida entre el otoño pasado y éste, me da en positivo No hay ningún saldo en rojo.
Aunque en realidad me agradaría más no haber tenido que pasar situaciones ingratas.  Situaciones innecesarias.  Situaciones evitables. Pero así es la vida una estrella en una mano y un puñado de barro y podredumbre en la otra.
Si alguien pasa por acá y lee ésta pequeñez  que estoy escribiendo, le aconsejo que cada día, al abrir los ojos y poner en marcha su cerebro, haga una buena limpieza y lo despeje de vanidades, orgullo, odio, rencores, ambiciones desmedidas, envidia y todo aquéllo que le acarreará inquietud. Por el contrario, lo bueno es respirar hondo, agradecer a la vida que aún esté habitando en nuestro frágil cuerpo y proyectar algo bueno para las horas en las que se estará viviendo e interactuando hasta volver a dormir. Y cuando llegue ese momento hacer una introspección para evaluar si fue un día vivido o un día perdido.
Si  lo  hacemos  día  a día,  el balance  mensual, anual y  final  (el que haremos antes de dejar éste mundo) nos resultará más fácil.
El tiempo pasa Sepamos vivirlo